sábado, 10 de junio de 2023

NO ES MACHISMO. ES ENFERMEDAD CEREBRAL

NO ES MACHISMO. ES ENFERMEDAD

CEREBRAL.- dr. F. antonio Bera Bautista

Psicólogo



PRIMERA PARTE:



Una persona que hace estallar por los aires un coche, bomba no es un antagonista, es un terrorista. Una persona que no le motiva nada, no es un indolente, es un depresivo.

Una persona que descuartiza a otra, no es un violento, es un psicópata. Un hombre que maltrata o asesina a su pareja no es un machista, es un asesino, un enfermo cerebral.

El calificativo de machista, etimológicamente,

históricamente, culturalmente, carece de significado punitivo. Según la RAE se trata de una actitud o manera de pensar de quien sostiene que el hombre es superior a la mujer o que desprecia los rasgos o comportamientos considerados tipicamente femeninos. Nada tiene que ver con malos tratos, violencia, agresividad, crimen, que se atribuye a los machistas. Todo lo contrario, históricamente, incluso culturalmente, el término machismo ha tenido un significado conductual afirmativo de rasgos sobresalientes masculinos, casi sinónimo de machote. Esto tiene una trascendental repercusión en la mente de un potencial maltratador o asesino que influye como eximente que otorgan las instituciones y el conjunto de la sociedad. Algo gravísimo. “que más da, si tan sólo se trata de una actuación que reinvindica lo que soy, he querido ser para mi y de cara a los demás: un machote. “Un machista”, que representa mi supremacía como hombre frente a la mujer, que me ha hecho sentir débil e

inferior para que quede constancia pues ¡a por ella!”.

Si quieres que un hombre se convierta en alguien peligroso, primero hazlo sentir débil”

(Paterson).


¿Quienes han sancado el término “machismo” de

su contexto estimológico y significante social para referirse a hechos flagrantemente delictivos,

enfermizos y repugnantes?

No lo voy a contar yo. Basta que ustedes miren

a su alrededor y tendrán la respuesta. Una maniobra repleta de intereses ideológicos, de prejuicios e incluso de odio hacia una concepción integramente natural de la masculinidad y la femenidad. Además del modelo social prevalente y genuino de la familia tradicional. Es desde ahí de donde arranca gran parte de los estímulos que se están ejerciendo para que no pare de crecer (recientemente más de un 8%) el fenómeno de la

violencia contra las mujeres, para el asombro y la

impotencia de los responsables de combatirla sin

que ni por asomo se den cuenta que lo están pro-

moviendo.

Sorpende la manera amordazada, miedosa, sumisa y obediente que se acepta el calificativo para referirse al acto de un asesino como “crimen machista”, por el que se les llena la boca a todos los informativos, medios de comunicación, arrastrando hacer lo mismo a toda la sociedad, sin que absolutamente nadie muestre la valentía de cuestionarlo por el temor, el miedo a que se les echen encima.

Pues aquí teneís un valiente que sí lo cuestiona no

desde una opinión personal o subjetiva, sino desde LA EVIDENCIA CIENTÍFICA Y DESDE LA VERDAD.


Llevamos prácticamente toda la historia de la civilización en una cultura machista.

¿Qué hombre en el presente y en el pasado no ha

crecido y se ha educado en esa actitud?

¿O sea que todos los hombres hemos tenido una

educación explicitamente para ejercer la violencia

contra las mujeres?

Si alguien piensa que es así, entonces nuestra cultura es un fracaso, porque la inmensa mayoría de los hombres normales, educados en el machismo, incluídos los más heroicos y renombrados que han contribuido a la humanidad, decididamente, a la paz, a la salud, al bienestar, al arte, a la literatura, a la música, a la ciencia, no se caracterizan por ninguna formas de violencia contra las mujeres, aún siendo en uno u otro grado machistas.

Todo lo contrario, también los mejores capítulos

de las historia de la humanidad, están escritos por renombrados hombres machistas, a quienes se les debe hechos, obras inmensas, manifestaciones incuestionables, en todas las ramas del arte, de la literatura y de la ciencia, con infinita admiración y el más absoluto respeto a las cualidades y vir- tudes de la mujer hasta lo mayores extremos, no sólo de humanización, sino de endiosamiento y divinización.

¿O es que de repente se nos ha olvidado?

Por la presión de los modismos y sus injurias.


Pongamos que aceptamos el término “machismo”

como nos lo endosan, entonces si existieran hoy, podrían ser considerados, como mínimo, sospe-chosos o potenciales maltratadores, por la mayo-

ría de sus cualidades, personajes como:

mahatma Gandhi, Nelson Mandela, Albert Eins-

tein, Martin Luther king, etc. que pese se pronun-

ciaran a favor de la igualdad entre hombre y mu-

jeres, ¿se podría afirmar que no tenían una perso-

nalidad esencialmente machista? Por citar algun- nos ejemplos. Pues lo mismo le sucede a prácti-camente a todos los hombres de la sociedad.

Yo, usted, su padre, su hermano, sus amigos, sus

conocidos, su vecino, somos, por ser hombres,

potenciales maltratadores, violentos y asesinos.

Y si le asaltan algunas dudas, moléstese en darse

un paseo entre las multitudes de la manifestacio-

en del 8-M en Madrid y lea pancartas. Yo lo he

hecho.


Resumimos. Nos han hecho creer sí o sí que:

Los jugadores de baloncesto son altos, todos

los altos son jugadores de baloncesto”.



SEGUNDA PARTE:



A continuación aportamos datos que ofrece la ciencia y que apoyan la afirmación del título de

este artículo.

Un estudio llevado a cabo por científicos españo-

les en la Universidad de Granada (E. Villar. La

Razón). La primera investigación del mundo que

compara como funciona el cerebro de los hom-

bres que han maltratado a su pareja o expareja en

comparación con otros delincuentes cuando son

expuestos a imágenes relacionadas con diferentes

tipo de violencia. Se trata de uno de los tres úni-

cos estudios que se han realizado en el mundo pa-

ra analizar el cerebro de los maltratadores a través

de Resonancia Magnética Funcional.

El trabajo ha revelado que los maltratadores en

comparación con otros delincuentes mostraron

una mayor activación en la Corteza Cingular

Anterior y Posterior y en la Corteza Prefrontal

Medial y una menor activación en la Corteza

Prefrontal Superior ante imágenes de violencia de

género, con respecto imágenes de contenido neu-

tro.

POR LO QUE EXISTE UN FUNCIONAMIEN-

TO CEREBRAL PROPIO EN MALTRATA-

DORES.

Cuyas patologías quedan borradas, sustituidas y

tapadas por el término maschista.


Estos hallazgos explican algunas de las alteracio-

nes psicológicas que describen a los maltrata- dores cuando se enfrentan a su compañera senti- mental. Problemas en la regulación emocional en

forma de obsesión sobre la pareja, miedo, ira o

rabia, miedo a ser abandonados, inestabilidad afectiva repentina e forma de aumento de ansie-

dad. Explica la Universidad de Granada.

Pregunto: ¿Tiene todo esto algo que ver con que

se sea o no machista?


Los datos que a continuación ofrecemos provie-

nen de las investigaciones del científico neurobió-

logo holandés Dick Swabb, publicados en su li-

bro “Somos nuestro Cerebro”. Datos que se aden-

tran a explicar más en detalle sobre cuáles son las

disfunciones que se producen en la alteración es-

tructural y funcional del cerebro de los maltrata-

dores que ha destacado las investigaciones de la

Universidad de Granada. Veamos con más clari-

dad la mentira y el engaño masivo al que se está

sometiendo a las instituciones, a los medios de comunicación y al conjunto de la sociedad sobre el tema que nos afecta.

Los hombres arrestados tras cometer actos de vio-

lencia o de violación, por ejemplo, mostraban unos niveles de testosteronas más elevados que los acusados por otros delitos.

Ya antes del nacimiento, los niños con

TRASTORNOS en la Glándula Suprarrenal, pro-

ducen muchas testosteronas y se mostrarán más

agresivos posteriormente. Causa que queda com-

pletamente borrada por el calificativo “machista”

como todas las que continuamos exponiendo.

Pequeñas variaciones en el gen de las proteínas

que metabolizan los neurotransmisores, pueden

provocar una mayor propensión a la agresividad

y a los asesinatos violentos.

Lo mismo que una menor actividad del neuro-

transmisor Serotonina va acompañada de una

mayor agresividad, impulsividad y conducta anti-

social.

La mala nutrición durante el embarazo, por el mal

funcionamiento de la placenta (que puede suceder

en mujeres de todos los niveles), puede aumentar

el riesgo de conducta agresiva y de trastorno de

personalidad antisocial. O el caso de una madre

que fuma durante el embarazo, puede provocar,

entre otros males, el trastorno de Déficit de Aten-

ción e Hiperactividad -TDAH- que va acompa-

ñado de comportamiento impulsivo, agresivo y

conflicto con la justicia.

Va quedando claro que la actitud o conducta agre-

siva que se produce en el contexto de las relacio-

nes de pareja, a la luz de todos estos datos, lo más

probable que su causa no sea por un supuesto

machismo, sino que queda programada en un es-

tadio precoz del desarrollo cerebral.

O sea que, los chicos son más agresivos que las

chicas, y eso es algo que se fija en el útero mater-

no para el resto de nuestra vida. Que en los casos

de maltratadores, al existir una determinada pato-

logía cerebral pues cuando se puede producir el

problema de la violencia contra la pareja.

La probabilidad de que se desarrolle un compor- tamiento descontrolado, agresivo o delincuente,

aumenta durante la pubertad por la subida de los

niveles de testosteronas y no exactamente por el

el efecto de un modo de educación del hombre, que a penas influirá en su modo de comportarse

en sus relaciones, si tiene disfunsiones neurobio-

lógicas.


Más. La Amigdala cerebral que está ubicada en la

parte anterior del lóbulo temporal, según el lugar

y modo en que se estimule puede inhibir o susci-

tar conductas agresivas.

También se encarga de facilitar la percepción del

significado social de expresiones faciales y ofre-

cer una reacción adecuada.



TERCERA PARTE:



En los asesinos, psicópatas y muy posiblemente en los llamados machistas, se han hallado funcio-

namiento anómalo en la amigdala cerebral y tam-

bien disfunciones en la corteza temporal.

Además también es muy probable que bajo este

calificativo se oculte la existencia de alteraciones

de las conexiones cerebrales que viabilizan neu-

robiológicamente el comportamiento moral.

Ello se demuestra si se desconectan esas conexio-

nes pertenecientes al circuito neuronal que tienen

que ver con la moral, mediante estimulación mag-

nética intracraneal, dirigida a la unión derecha en-

tre el lóbulo temporal y parietal, a los sujetos de

este experimento ya no les importará en lo más

mínimo que alguien actúe de mala fe o no.

Serán incapaces de identificarse con las intencio-

nes del otro, y no porque un determinado rol de

género lo dificulte o lo impida.

Si la Corteza Prefrontal no funciona bien, como hemos visto en las investigaciones del cerebro de los maltratadores de la Universidad de Granada,

que presentan una menor activación en la parte

medial y una mayor activación en la parte superior, de la Corteza Prefrontal, es eso lo que

contribuirá decididamente a que la persona no

se comporte correctamente dentro de la sociedad

y mucho menos en unas relaciones de pareja.

Además es una área clave para la expresión de la

personalidad y la toma de decisiones, que se ha

puesto en evidencia gracia a la realización de

intervenciones de lobotomía.

Así que un daño en esa área repercutirá necesa-

riamente en la capacidad para la empatía, compar-

tir sentimientos, la compasión, la ayuda al próji-

mo, que son esencia del comportamiento de la

moral humana.

No sólo la Corteza Prefrontal, sino otras áreas

cerebrales forman parte de las decisiones mora-

les que tanto se ha atribuído casi con exclusivi-

dad a la educación o a la religión y en el contex-

to de la temática en que estamos, al machismo,

como son el Septum, que se halla entre las cavi-

dades cerebrales, el Núcleo Accumbens y el Hi-

potálamo.


Pero justo en esta zona del cerebro, en la Corteza Prefrontal, se han identificado neuronas Espejo, que son la base neurobiológica de la empatía y que reaccionan a las señales sociales e inhiben el impulso egoísta. Actitudes y conductas estas que se atribuyen, no a estas causas, sino a un supuesto machismo.

Así que cualquier disfunción en esta dirección,

sentará la base y la causa de una actitud actitud

agresiva descontrolada.

De modo que si los responsables de la lucha de la

violencia contra las mujeres, que en realidad so-

mos todos, parten de un diagnóstico erróneo, de-

formado o perverso, lejos de combatir el proble-

ma lo estarán incentivando como en realidad su-

cede en la actualidad, convirtiéndose en colabo-

radores necesarios, involuntarios, llevando en sus

espaldas un “extintor de incendio”, que en vez de

espuma contiene gasolina. Escandaloso, ¿verdad?


Algunos hombres tienen niveles de testosteronas

más elevados que otros, que junto con cualquier

alteración en las áreas que hemos mencionado,

inclinará con una fuerza difícil de contener accio-

nes violentas. Si es en la Amigdala cerebral, ha-

rá que no se muestre la menor empatía hacia una

posible víctima, o si existiera un tumor en el Lóbulo Temporal que presione la Amigdala, fenó-

meno este que se ha visto en asesinos sanguina-

rios.

En caso de no existir ningunas de estas causas,

pero sí anomalías hormonales, como la segrega-

ción de Oxitocina, que actúa inhibiendo la Amig-

dala, que es el centro de la agresividad.

O bien basta con una pequeña mutación en los

componentes fundamentales del ADN del recep-

tor de la Vasopresina en el cerebro, para que un

hombre afectado tenga el doble de problemas

conyugales, y no por causa de un supuesto machismo que se haya generado por una educa-

ción errónea, sobrevalorandose así el ambiente

social después del nacimiento y no el químico

antes de nacer.

También un daño en la parte inferior de la Corte-

za Prefrontal, o sea que no sólo, como hemos di-

cho, una disfunción en la parte medial y superior, hace capaz a una persona de tomar decisiones muy frías e impersonales, puesto que no se ve

asaltado por sentimientos como la empatía, la

compasión, y no por causa precísamente de su

rol de género.

Darwin (1809-1882), en su autobiografía:

Estoy de acuerdo completamente con la opinión

de Francis Galton (su primo) acerca de que la edu

cación y el entorno producen un pequeño efecto

sobre la mente de cualquiera y que la mayoría de

nuestras cualidades son innatas”.


Téngase en cuenta, por favor, que la banalización,

deformación y mentira en la que incurren las instituciones y que a su vez arrastran a los pensa-

sadores cobardes y al conjunto de la sociedad,

sobre esta problemática, es debido, además del

interés de determinados colectivos influyentes,

al espaldarazo a la verdad y a las abrumadoras

evidencias científicas, como las que hemos expuesto, de las tantas existentes.


Dijo nuestro brillante pensador José Ortega y

Gasset, que “desgraciado aquél que sostiene

posturas contrarias a la de su época”. Pues yo me

siento muy felíz de haber levantado el velo de tanta ignominia contra todos los hombres de bien,

de ahora y del pasado, que se dejaron hasta la

última gota de sudor y sangre por el heroísmo

de su espíritu de entrega y sacrificio por el bien de su familia y por el amor y el respeto in-

cuestionable hacia su pareja. Mi homenaje y gratitud a todos ellos, hombres sencillos, respe-

tuosos y trabajadores, entre los cuales seguro que se encuentra algún padre, algún abuelo, algún co-

nocido, algún familiar suyo. Lo mismo que a todos los intelectuales, científicos y artistas de

todas las generaciones, y que hoy, lejos de ser valorados o recordados por sus tantas virtudes, podrían ser considerados de forma humillante y

bochornosamente MACHISTAS.



GRACIAS POR VUESTRA ATENCIÓN.












martes, 28 de febrero de 2023

El APEGO COMO CIMIENTO DETERMI- NANTE DE LA SALUD MENTAL Y EMOCIONAL.-

                                                                                             DR. F. ANTONIO BERA BAUTISTA

                                                                                                               PSICÓLOGO 


 

El vínculo de apego, basado en el amor, en los primeros momentos del nacimiento es crucial, decisivo para el desarrollo de toda la arquitec- tectura cerebral del niño, para el lóbulo parietal del bebé que es el encargado de recibir las pri-

meras sensaciones de tactotemperatura, calor, frío y presión, además para el conocimiento de sí mismo.                                                                 Hay cinco respuestas instintivas, a través de las cuales el bebé realiza el apego: chupar, llorar, aferrarse, aproximarse y sonreir.

La fase de formación del apego está entre los 2 a 6 meses, en una primera etapa y en una segunda, es entre los 6 meses y 3 años, que se debe producir la consolidación de la vinculación afectiva.

Durante este período las conductas del niño estarán orientadas hacia la necesidad de seguridad y exploración del entorno. Pero antes es imprescindi-

dible para él  sentirse seguro y cómodo y una manera efectiva de conseguirlo es mediante la caricia, de calidad, frecuencia, de la madre.

Toda su piel envía información a su cerebro, de ahí

la importancia de acariciarle todo el cuerpo.

Durante estos momentos, el amor de la madre hacia su bebé hará que ella libere oxitocina, principalmen

te a través de la lactancia, de ahí su trascendencia, una hormona clave para que el bebé se sienta tranquilo, relajado, seguro y con una sensación de bienestar. 

Se ha comprobado que la voz de la madre ejerce un efecto reconfortante por la entonación afectiva de las palabras.

Las carencias durante este período del desarrollo pueden convertirse en causas de trastornos de la

salud mental en la edad adulta.

También es en este período en el que el recién naci-

do, a través de la activación  del sentido del tacto, se estimule su cerebro, puesto que es el que se desarrolla más rápidamente y el que utilizan para sus contactos con el mundo. Lo mismo que el olfato, cuya base neuronal se encuentra en el lóbulo temporal y que el bebé estimula mediante el reconocimiento de su madre por el olor del líquido amniótico.

También es ahí donde se recibe y procesa informa-

ción de los oídos que ayuda a que el bebé pueda preferir la voz de la madre. Y así se echen las bases

para las capacidades de intimidad y de amor.


Importantes investigaciones científicas por medio de neuroimágenes de los últimos años y respalda-

das sólidamente por la literatura científica, no dejan

dudas del rol fundamental de las interacciones bebé

madre para el desarrollo emocional y cerebral, por

tanto para la salud mental, las capacidades psíqui-

cas y sociales, los procesos de aprendizaje, puesto

que los bebés aprenden mejor cuando se sienten cuidados y saben que sus padres están ahí para cui-

darlos. De ese mismo modo, cabe destacar que la

actividad más importante que se puede realizar para

ayudar a los hijos aprender y para conseguir que el

mundo le resulte atractivo, sea hablarle, conocerle,

jugar juntos.

Ya entre los 15 y 18 meses el niño manifiesta un

gran interés de interacción (una edad buena para

llevarlo a la guardería) y le gusta jugar junto a

otros niños. Y en esa interacción con los demás em-

pieza a forjar su yo.

Es gracia a la ayuda del correcto desarrollo de la 

fase de apego, que a los dos años ya el niño puede

darse cuenta cuando otra persona está lastimada o

triste. Por ejemplo, se detiene o pone cara triste cuando otro está llorando. Además los mira a la cara para ver como reacciona en una situación nue-

va. Son las neuronas espejo que están actuando como elementos cerebrales necesarios para el desa-

rrollo de capacidades tan importantes como la em-

patía, además de la imitación, capacidades cognivas

y conducta social.

Y es hacia los cuatro años que maximiza sus capa-

cidades de socialización, la empatía y su propia identidad. Capáz de consolar a otros niños que

están lastimados o tristes. También abraza a un

amigo que está llorando. Es más independiente y

aparece la conducta de la rebeldía.

Un hecho importantísimo en el desarrollo tiene lu-gar entre los 5 y 6 años, cuando el niño alcanza la

conciencia de la diferencia de género y elige los ju-

guetes según su género. Poniéndose de manifiesto

que es un fenómeno que está inscrito en la natura- leza identitaria del niño, no dependiente de la cul-

tura como suele afirmarse en colectivos interesa-

dos. Un hecho avalado por las investigaciones desde la cuna hasta la tumba que se ha realizado en

en los países Escandinavos, ya referido en otro artí-

culo por su trascendencia y actualidad, que han hecho lo imposible por imponer una igualdad for-

mal entre hombres y mujeres eliminando todos los elementos culturales que pudieran condicionar o

acentuar diferencias de género. Hasta los juguetes

son neutros. ¿Y qué ha pasado? exactamente lo contrario a lo previsto:

¡la diferencia de personalidades entre hombres y

mujeres se ha acentuado!

Es un descubrimiento científico impresionante y 

al mismo tiempo decepcionante para los ideólogo

de la doctrina de género:

"Si erradicas las diferencias culturales, maximizas las diferencias biológicas".

Esto es, que si los indicadores de su desarro-

se van produciendo conforme a la norma, existe

una óptima relación materna-paterna, así como

un normal desarrollo intrauterino, es decir, sin im-

pactos traumáticos, no deberían producirse trastor-

nos de su identidad, sobre todo de género, que lo

conduzcan hacia la autodestrucción o el suicidio.

Así que el apego regula la homeostasis fisiológica,

la autorregulación emocional y es la base de las

capacidades cognitivas complejas.

Se trata, pues, del vínculo emocional más importan-

te en la primera infancia, que condiciona la forma

de relacionarse con los demás, primero con los ami-

gos y después formando una pareja.

Es en esa buena relación emocional y afectiva por

la que se sienta la base de una personalidad madura

y de una vida felíz y exitosa.

Si el niño no establece un vínculo seguro con sus

cuidadores (principalmente con la madre), intima-

mente vinculado a un amor incondicional, es prác-

ticamente seguro que se enfrente en la edad adulta

trastornos de la personalidad, puesto que como po-

demos apreciar, es imprescindible, además de ser

lo más inteligente, aceptar que lo superior a noso-

tros, a nuestros pensamientos, deseos, caprichos o voluntad, está inscrito ya en nuestra naturaleza.





 

 

 

 

 

 

     

       

 

 

miércoles, 14 de julio de 2021

 TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO     EN LAS RELACIONES DE PAREJA:

MACHISMO, VIOLENCIA CONTRA LA MUJER.                                                         

LA CIENCIA Y LA ADULTERACIÓN DEL        GÉNERO.-                                    

                                           Dr. F. Antonio Bera Bautista                                                                            psicólogo    



Un tema largo y complicado. Paciencia. Veamos.

La historia de la humanidad se ha conformado desde la evolución inicial en tribus, después poblados, luego ciudades y hoy en metrópolis que va favoreciendo un cambio de modelo de sociedad, junto con muchos otros factores, que paulatinamente va requiriendo del hombre una redefinición de muchos de sus  roles en el seno de la sociedad, que en otra época de especial dureza fueron relevantes.

Actitudes, valores, mentalidad, en los modos de concebir el papel de la mujer en las relaciones que se va separando con la evolución social y roles distintos y necesarios, de los modelos primarios    de sociedad y de familia natural entre hombres y mujeres de la que tantas se sienten alejadas, volun- tariamente excluídas, imposibilitadas, generándoles rencores, resentimientos y odios, muchas veces sin ser conscientes de ello, y que buscan mitigar con luchas,  militancias y colectivización. Cuyo principal interés es que todo ello se traslade al conjunto de la sociedad, como modo operandis de los comportamientos y actitudes propios de toda mujer.

Jordan B. Paterson, Psicólogo Clínico Canadiense,
comentó: "Hemos pasado de intentar convertir a  las mujeres en hombres a intentar convertir a los
hombres en mujeres".
"Estamos obsesionados con la identidad de género
y la victimización".
"Las feministas tienen un deseo inconsciente por
una brutal dominación masculina".

Se lamenta de que occidente ha perdido la fé en la
masculinidad y denuncia la doctrina de género como asesina. Término que puede parecer extre-
mista e incendiario, pero no por ello está alejado de
la realidad que pone de manifiesto la evidencia científica, independientemente de la irritación que
pueda provocar. ¿Dice Ud. Asesina? Veremos si
es una declaración emotiva o puede encontrar fun-
damentos en la razón. Creo es importante el asun-
to por todo lo que ello implica e incluso en la actualidad legislativa en España.
Veamos un poco por donde anda la ciencia en este
asunto, cuales son las verdades y las evidencias.
La Neurociencia ya ha demostrado con precisión la
diferencia entre el cerebro femenino y masculino y
que existen diferencias en la toma de decisiones
entre los hombres y las mujeres, en lo que podría
desempeñar su papel las hormonas sexuales. Por ejemplo, las mujeres tienen una mayor adversión
al riesgo, y los hombres, sobre todo los jóvenes,
sufren un mayor exceso de confianza, entre muchí-
simas más cosas.


Un descubrimiento científico impresionante reali-
zado en los países escandinavos, que han hecho lo
imposible por imponer una igualdad formal entre
hombres y mujeres, desde la cuna hasta la tumba, 
han eliminado todos los elementos culturales que
pudieran condicionar o acentuar las diferencias de
género, hasta los juguetes son neutros.
¿Y qué ha pasado? exactamente lo contrario a lo
previsto. LAS DIFERENCIAS DE PERSONALI-
DADES ENTRE HOMBRES Y MUJERES SE HA
ACENTUADO!!
Conclusión: Si se erradican las diferencias cultura-
les, se maximizan las diferencias biológicas.
Con lo cual, eso de que sólo existen "cuerpos
hablantes" es un gran disparate.

Otra investigación de la Universidad de South Ca-
rolina en 2007, corrobora esta tendencia, se demos-
tró que desde los cinco años los niños empiezan a
elegir sus juguetes según su género. 

Susana Pinker, psicóloga, escritora y columnista
Canadiense, cuenta que en la Unión Soviética mu-
chas mujeres estudiaban carreras relacionadas con
las ciencias, y en cuanto llegó la democracia y pu-
dieron elegir libremente, se produce un trasvase 
hacia las humanidades.
En este sentido los datos de Prew Reserch Centre
respecto a intereses entre hombres y mujeres, son
concluyentes: a los hombres les interesa más "las
cosas" y a las mujeres "las personas". Ingeniero-
Enfermera, Banquero-Maestra, etc. 

En un artículo de investigación, desarrollado por
Richard Fitzboong, Phillips Sutton y Dale O´leary,
cuestionan las implicaciones éticas de la práctica
de cambio de sexo. Analicemos un poco a propó-
sito de la polémica ley que al respecto se ha apro-
bado en España.
Los autores abordan este asunto desde la perspec-
tiva Médico-Biológica, según la cual el género hu-
mano es una cuestión de composición genética y
que la identidad sexual está escrita en cada célula
del cuerpo y puede determinarse mediante exámen
de ADN. No puede ser modificada. Subrayan, no
puede ser modificada. Imposible, aúnque se arran-
quen o despedacen, en una sangrienta carnicería,
los órganos con los que se ha nacido. El hombre,
seguirá siendo hombre y la mujer seguirá siendo
mujer. No importa cuanto lo intente o cuanto quie-
ra aparentar pertenecer a otro sexo distinto  del que
nació.
Por tanto, los autores afirman que el sexo biológico
no puede cambiarse, rechazan el  concepto de
"identidad de género" o la idea de que el género como constructo social o percepción personal sea
distinto del sexo biológico de cada cual.
Afirman que quienes solicitan  la cirugía de cam- 
bio de sexo, son hombres y mujeres genéticamente
normales, con órganos sexuales y reproductivos
intactos y niveles hormonales adecuado para su
sexo.
Dicen estos autores que cuando un adulto que es
normal, tanto en su aspecto exterior como en las
funciones, cree que hay algo feo o defectuoso en
su apariencia, que necesita ser modificado, es evi-
dente que existe un problema psicológico de grave
importancia.
Aseguran que los indivíduos que afirman que tie-
nen una "identidad de género"contraria a su estruc-
tura anatómica y biológica, no pueden resolver sus
problemas mediante la cirugía de "reasignación de
sexo", o "autodeterminación de género", como se
afirma en la ley española, que hablando con propie-
dad y respeto a las evidencias científicas, sería más
bién una "adulteración de género", esto es, vivir con la identididad del género adulterado, no cam-
biado, porque como hemos visto es imposible de 
cambiar, ni mucho menos "autodeterminado", por-
que la persona no puede determinar nada que ya la
naturaleza ha determinado irremediablemente. Por tanto, el género ni se construye ni se cambia.
Las investigaciones sucesivas sobre el desarrollo cerebral, sobre la exposición prenatal a las hormonas han demostrado que ya antes del nacimiento, los cerebros masculinos y femeninos son diferentes, lo cual influye, entre otras cosas en el modo en que el recién nacido percibe visualmente el movimiento, el color y la forma. El resultado es una predisposición biológica de los niños hacia juguetes típicamente masculinos y de las niñas hacia juguetes típicamente femeninos.
Ya desde el seno materno, las mujeres están dotadas de una sensibilidad hacia el ser humano necesaria para la maternidad.
Está investigación y otras informaciones nuevas sobre la estructura del cerebro humano, indican que las influencias biológicas y la experiencia, concurren a crear conexiones cerebrales y están inextricablemen-
Te entrelazadas que resulta imposible separarlas.
Los niños nacen en sociedades creadas por hombres y mujeres.
Los niños crecerán para
Ser padres y las niñas para ser madres.
Ocultar este dato por medio de la socialización neutra de género, ni por medio de la cirugía de adulteración de género, no cambiará la realidad de la diferencia sexual ni mucho menos del género con el que se ha nacido.
Entonces, ¿Ve usted cómo la afirmación del señor paterson al calificar a la doctrina de género como asesina, no es desproporcionada?


Dicen que las personas que encuentran dificultades
para identificarse con su sexo biológico, frecuente-
mente padecen de problemas psicológicos muy se-
rios, entre ellos depresión, ansiedad severa, maso-
quismo, autodesprecio,( con frecuencia debido a un
rechazo a su identidad sexual desde el momento del
nacimiento, por muchas razones, incluida la decep-
ción de espectativas o deseos materno o paterno no
cumplidos, el niño, pero lo que se anhelaba era una niña, o lo contrario. Ajustándose los modos de re-
lación, comunicación, educación, estímulos recibi-
dos, desde su temprana infancia), narcoísmo, abu-
sos sexuales en la infancia y de situaciones fami-
liares conflictivas.
Experimentando dificultades sociales y sexuales
como resultado de esos trastornos y experiencias
negativas y no porque hayan nacido en el "cuerpo
equivocado".
En consecuencia, sostienen estos autores, que aque-
llos indivíduos que se somenten a esta práctica si-
guen teniendo prácticamente los mismos problemas
que tenían antes, bien en sus relaciones, su trabajo,
sus sentimientos y emociones o su relación consigo
mismos.
En consecuencia, lo más probable es que si esa ley
pretende ofrecer "libertad", consigue justo lo con-
trario, esclavizar. Si antes se percibía vivir en un
"cuerpo equivocado", la "equivocación" se agrava y
se profundiza, ahora viviendo con una nueva identidad eternamente frentada a la propia biología, y en una hoguera de contradicciones y de luchas angustiosas interminables consigomismo. 
Si las doctrinas de género esto lo apoyan, entonces
el señor Paterson acierta en considerar que "la doc-
trina de género es asesina". Guste o no guste esa
afirmación.

Con respecto a la violencia contra la mujer, un fe-
nómeno despreciable y aberrante, que no para de
crecer pese a los esfuerzos a todos los niveles ins-
titucionales, jurídicos, policiales. Todo parece indi-
car que algo o mucho no se hace bien. 
Considero que aquí hay un problema que tenemos
que plantearnos seriamente, pero muy seriamente.
Y el más importante es el encaje linguístico, perio-
dístico, público, que se le ha asignado a este tema, por el afán de los movimientos feministas y afines de abanderar esta lacra en torno a cuestiones de 
ideologización, de doctrinas, del lenguaje, que en mi opinión es cómplice y alentador de más
crímenes, y que es más propìo de las reinvindica-
ciones sexuales de estos colectivos que de las cau-
sas y consecuencias del fenómeno. Trasladando al
conjunto de la sociedad, a las instituciones y a los
estamentos políticos sus consideraciones y afirma-
ciones, como el modo en que todos tenemos que 
entender y considerar el problema. Sin ningún mar-
gen de opinión distinto, puesto que inmediatamente
no sólo es rechazado sino estigmatizado y hasta
criminalizado. Un grave error que cierra las puer-
tas a aportaciones valiosas para sumarse a la lucha
del problema, sobre todo a las evidencias científi-
cas solventes, que nunca deben despreciarse, por-
que, como en todos los campos, se ha demostrado
hasta la saciedad que sus perspectivas y conclusio-
nes promueven avances y soluciones, por tanto ja-
más deben rechazarse, tejiversarse, doblegarse o
forzarse a que se adapten a deseos y pasiones sec-
toriales, en un negacionismo miope que tan sólo
genera más victimas.

Investigadores del Centro Mente, Cerebro y Com-
portamiento (CMCyC), de la Universidad de Grana
da, han analizado el cerebro de los agresores contra
la pareja, a través de Resonancia Magnética Funcio
nal, uno de los tres únicos estudios de este tipo realizado, hasta el momento, a nivel mundial. (Manuel García
Catedrático de personalidad, evaluación y trata-
miento psicológico de granada y responsable prin-
cipal de esta investigación).

El estudio ha comprobado por primera vez en el
mundo, como funciona el cerebro de los hombres
que han maltratado a su pareja o expareja, en com-
paración con el de otros delincuentes, cuando son
expuestos a imágenes con diferentes tipos de vio-
lencia.
Los hallazgos lo ha publicado la prestigiosa revista
"Social Cognitive and Affective Neurocience".
Los maltratadores en comparación con otros delin-
cuentes mostraron activación de la corteza cingular anterior y posterior y en la corteza prefrontal me-
dial y una menor activación de la corteza prefron-
tal superior, ante imágenes de violencia de género
con respecto a imágenes de contenido neutro.
Además, la comparación directa entre imágenes con diferentes contenidos violento, apoyó también
un perfíl de funcionamiento cerebral propio en mal-
tratadores, con una implicación de la corteza pre-
fontal medial, así como una gran participación de
la corteza cingulada posterior y el giro angular iz-
quierdo ante imágenes de violencia contra las mu-
jeres. 
No pretendo que los no expertos se queden con los
significados y funcionamientos de esas estructuras
cerebrales, pero que sepan que están ahí y que exis-
te un sustrato biológico demostrado experiemental-
mente por la ciencia respecto a los maltratadores y
asesinos. 
Estos hallazgos podrían explicar algunas de las al-
teraciones psicológicas que describen a los maltra-
tadores que se enfrentan a su compañera sentimen-
tal, como estrategia de afrontamiento desadaptati-
vos, problemas en la regulación emocional en for-
ma de obsesiones sobre la pareja, estados de ánimo
como miedo, ira o rabia, miedo a ser abandonados, 
inestabilidad afectiva repentina en forma de aumento de la ansiedad. Etc. etc, sería muy largo
ahondar en más detalles, pero para nuestros fines,
es más que suficiente.
Bueno, por ahí andan las cosas, por ahí se mueven
las verdades y las certezas desde las que debemos
levantar nuestros pensamientos sobre estos temas y
poder manifestarnos con criterios racionales y obje-
tivos, alejados de subjetividades, de prejuicios, de
polémicas sentimentales y del frenesí colectivista
arrastrado por pasiones, reinvindicaciones indivi-
duales, oportunismo para endosarle las problemá-
ticas individuales a una aparente bandera de lucha
común, que lo que está provocando es una mayor
complicación de los problemas, dificultar sus so-
luciones y confundir al conjunto de la sociedad.

Reflexionemos. O sea, que un criminal, asesino,
psicópata, un cobarde o bien, utilizando calificati-
vos populares, un hijo de puta, un canalla, un des-
graciado, una mierda humana... fijaros la carga despreciativa que soportan todos estos califi-
cativos, nos digan, nos insistan y hasta nos obli- guen abandonar todos estos términos que, como ve ud. llama la cosa por su nombre, que no sólo califican sino que por la carga negativa etimológica que contienen, pueden disuadir, inhibir, atemorizar
a posibles agresores para cometer sus acciones, vandalismos o crimenes.
Todo ello en sustitución de un término histórica-
mente lleno de gloria y de honor, por la grandeza
y el orgullo que ha significado entre los hombres
de todas las generaciones como lo es la palabra
"machista". ¿Alguna vez en algún tiempo, en alguna época un hombre de bien o de mal vivir ha
sentido verguenza o desprecio por ser o sentirse machista? no, ¿verdad? nunca!! Es como al ladrón ya no se le califique de ladrón, sino con otra palabra que no contenga la resonancia vergonzosa y despreciativa que esta palabra conlleva. Desaparece la palabra que califica, desparece el contenido que implica,y se sustituye el protagonista que identifia. Total, por ejemplo, ¿por qué no robar si robar no es ser ladrón, ni  es ser ladronazo? ¿un delincuente?
Un criminal, un asesino, un psicópata, un hijo de puta, un desgraciado, un hijo de perra que esté intentando, planificando, pensando en uno de sus delitos y que se sienta herido en su "hombría", como "macho" y lo que ha significado en su mente estos términos y en el inconsciente colectivo de prácticamente todos los hombres de nuestra cultura, es más probable que lo cometa, que lo lleve a cabo por estar asociado más a dignidad y a orgullo personal que a la exacrable consideración que conlleva la palabra"asesino", "criminal" sin más.
Entonces, considero que es un gravísimo error que
cuando se produce un acto de este tipo se le llame
"crímen machista""violencia de género". Porque ello conlleva, incluso, a una  radical atenuación de la culpa y el desprecio que tales actos significan.
Un eximente de culpa, en sustitución de la asignación de una "corona de gloria" que los colectivos y el conjunto de la sociedad asignan, con estos términos, a los culpables.
Pero que satisfacen sobradamente a estos colectivos
que nos lo han impueto, por sus particulares afanes 
reinvindicativos. 
De ese modo, convierten a toda la sociedad en cómplices de los crímenes. Esto es terrible, pero la realidad está demostrando que esto es así.

 
¿Por qué no lo voy hacer, si al fin y al cabo, seré
condenado más por ser un machista, que por ser un salvaje asesino?
¿Que estoy diciendo algo sin sentido?
Es que decir, "crímen machista", ya en sí mismo
es un error, aúnque les guste tanto a los colectivos.
¿Por qué? os pongo un ejemplo sencillo:
"Los jugadores de baloncesto son altos, pero no
todos los altos son jugadores de baloncesto"
El machismo como tal "síndrome de comporta-
mientos y actitudes", es un atributo de la persona-
lidad y de la conducta, y los actos de abusos, malos
tratos, y crímenes, ya hemos visto que la ciencia ha
demostrado que tienen una base de trastornos neu-
rológicos. Que se trata fundamentalmente de cere-
bros enfermos y es la enfermedad cerebral de base
la causante y responsable de los oprobios que gene-
ra el machismo. No es el machismo el que mata, el
que mata es el criminal, el asesino, que además de que pudiera ser un vago, un sinverguenza, un mentiroso, un manipulador, un ladrón, un adicto, un ludópata, un anitisocial, o cualquier otro atributo de su personalidad, pues es un machista.
¿Es el machismo por sí mismo asesino? No es cier-
to en lo absoluto. No se demuestra ni en la realidad
social ni en la mismísima historia de la humanidad ni en la evidencia científica que hemos descrito.
Eso que nos han dicho que mata no puede ser vene-
no, espada, y a la vez virtud y perfume de rosas,
¿verdad? ¿cuantas grandezas literiarias, artísticas,    
científicas, poéticas, de historias admirables de amor, de honor, de entrega, abnegación y sacrificio
por el bien de la familia, de heroísmos de padres
ejemplares, de tantos hombres memorables e imita-
bles, de grandezas, de arrojo, de valentías que ha 
beneficiado eternamente a toda la humanidad, se han producido en mentes y personalidades incues-
tionablemente machistas?
¿Es que se nos ha olvidado? ¿qué hacemos con eso,
lo borramos de un plumazo? ¿Han sido y hoy por
hoy que continúa la historia, son todos esos hom- bres machistas potenciales asesinos? ¿No os parece una injusticia, una crueldad. un despropósito, una ingratitúd tales consideraciones? 
Al menos por respeto a todos aquellos hombres indudablemente machistas, que se dejaron la vida, el alma, el espíritu por su familia unos, por los demás, otros, por el bien de toda la humanidad, en el arte, en la literatura, en la poesía, en la ciencia, y hasta en los caminos del espíritu, abandonemos, por favor, el calificativo de los crímenes que tan sólo lo comete un criminal, un asesino, bien sea en su trabajo, en la sociedad, en la familia, o en sus relaciones de pareja. 
¿verdad? Ahora yo os pregunto a la sala:
hay algún hombre que no sea machista en una me-
dida o en otra? ¿que no se haya educado en una
cultura machista? bueno, pues según este calificativo, todos sois unos criminales en potencia.
Lo mismo que decir que todos los altos son jugado-
res de baloncesto. Y que sepamos, la inmensa mayoría de los hombres no son, ni se consideran
maltratadores ni asesinos.

Un dato relevante. Un estudio realizado en 2011 por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género de la Universidad de Granada, demostró
que al día siguiente de un homicidio, se producía
un aumento "no justificado por azar". 
¿Entonces a qué era debido?
Preguntémosnos si con el calificativo de "crímen
machista", y con todos los datos que os he ofrecido
en este artículo no estamos alentando a los perversos asesinos que se lo están pensando día a día, a 
cometer su crímen. Y que las cifras no pare de aumentar, desde el día siguiente en que se comete uno.
Por favor, entiéndanme, es un "Sindrome comple-
jo", son muchos los factores intervinientes, com-
prendo que la educación en la igualdad, respetando
las diferencias inevitables entre hombres y mujeres
podrá ayudar mucho a combatirlo, pero quede cla-
ro que este es un problema cuyas bases exigen un abordamiento  desde los referentes educacionales pedagógicos, por supuesto, jurídicos, sociológicos médicos y psicólogicos  y no desde la perspectiva de género tal como se acepta sí o sí en la actualidad. 
¿No os parece?
Hay que ser valiente para expresarse en estos temas desde una perspectiva distinta a las impuestas.
Pues, aquí tenéis a uno.
¿Qué pasa?
                                   GRACIAS POR VUESTRA  ATENCIÓN.